Una maestra nos narró una anécdota sobre unos vecinos, que se le mudaron al lado y no le hablaban ,y cómo ella, tildándolos de ¨tímidos¨, buscó la forma de interactuar con ellos, hasta lograrlo.
Me caló hondo esto, porque tengo una vecina, la cual durante años nunca nos habíamos dirigido un saludo y siempre la califiqué como la persona mas indeseable del mundo, mi esposo se sumó a esto, por lo mucho que yo decía que me caía mal.
Ese tipo de calificativos hace que nos predispongamos hacia los demás, luego de reflexionar, me puse a pensar que nunca hice el más mínimo esfuerzo para lograr el acercamiento, y decidí que lo haría.
Esa persona, es una gran luchadora, sobreviviente del cáncer. Pensé mucho buscando motivos para acercarme a ella, aun exponiéndome a un rechazo.
Hay una caminata que se hace todos los años en apoyo a la lucha contra el cáncer, se llama como les dije en una ocasión: CAMINATA POR LA VIDA, se acostumbra a usar una camiseta distintiva, en la cual hay un espacio para poner nombres de personas sobrevivientes de esa enfermedad, por los cuales eliges caminar.
Con ese pretexto la intercepté cuando pasaba por mi casa, no pudo disimular su sorpresa, cuando le dije que quería hablar con ella, le pregunté si me autorizaba a poner su nombre.
Con una amplia y hermosa sonrisa, me dijo, que para ella, era un honor que algo así sucediera, la tensión bajó, y espero a partir de aquí que sigamos saludándonos, como debe ser. Aprendida la lección, voy a hacer todo lo humano posible, para dejar de juzgar a las personas.
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